Muchos hablan hoy en día sobre productos o alimentos orgánicos. En el café no es la excepción. En México el consumo de productos orgánicos ha ido creciendo en los últimos años aunque todavía sigue siendo un nicho de mercado pequeño en comparación con otros países.
Y bueno, hace algún tiempo que empecé a desarrollar algunos materiales de comunicación para el proyecto de café liofilizado en México y tuve la necesidad de definir y explicar con precisión qué es el café orgánico y la importancia de los cafés certificados en general, me di cuenta que muchas personas tenían la confusión sobre los términos “café orgánico” y “café certificado”, o incluso los vi en varios textos utilizados como sinónimos. La realidad es que no es así; tienen estrecha relación, sí, pero definitivamente no son lo mismo.
Un café orgánico por definición genérica es aquél que no ha utilizado ningún producto químico o sintético en su cosecha o fabricación como lo son fertilizantes, conservadores u algún otro componente considerado como no natural o proveniente de la naturaleza, además de que también se siembra utilizando métodos más amigables con el medio ambiente. Esta ausencia de componentes químicos o no naturales debe ser en toda la cadena del café, desde la siembra hasta el empaque, así que, si estas condiciones se dan, tenemos un café orgánico propiamente.
Pero mantener estas condiciones naturales no es tarea fácil y muchas veces tampoco barata. En general es más práctico y económico utilizar pesticidas o plaguicidas para controlar las enfermedades o plagas de los cafetos que aplicar métodos naturales que toman más tiempo y requieren mayor atención y cuidado. Por esto también la productividad de los cultivos orgánicos es normalmente menor que la de uno convencional y los agricultores buscan una forma de reponer esa diferencia, la cual es casi siempre un incremento en el precio de los granos.
Entonces, si asumimos hasta aquí que el concepto de “orgánico” está relacionado a algo “más natural”, nos resulta fácil entender por qué todo mundo quisiera vender y consumir café orgánico, sobre todo en una época en la que tenemos más información y más consciencia de lo que consumimos.
Pero quién o qué nos asegura o nos da la confianza a los consumidores de que aquellos cafés que se ostentan como orgánicos realmente lo son? Normalmente, aunque no de forma exclusiva, una certificación. Para esto existen organismos ya sea de carácter gubernamental o privado que se encargan de establecer normas y procesos que los productores o fabricantes deben seguir para que se les otorgue este distintivo de orgánico a través de un “sello” que indica que ha cumplido dicha normativa y puede declararse como tal.
Entonces, ¿un café orgánico puede serlo sin tener una certificación? Sí. Pero entonces estaríamos expuestos también a ser timados por aquellos que solo buscan un beneficio comercial puesto que ya mencionamos arriba que todo el proceso de un café orgánico desde la siembra hasta la taza es normalmente más caro que uno convencional y por supuesto eso se ve reflejado en un precio de venta más alto.
Ahora bien, un café certificado podría no ser un café orgánico? Sí. Existen diferentes normas que las casas certificadoras se encargan de verificar, no solamente las de producción orgánica; hay certificaciones para asegurar que se den condiciones de comercio justo, que se cumplan normas ecológicas y de seguridad para los trabajadores, incluso de verificar que se apliquen normas religiosas en la elaboración del café.
En otro posteo les hablaré sobre las ventajas de los cafés certificados en general pues es un tema extenso y con diferentes aristas.
Finalmente y como conclusión, solo quiero aclarar que el hecho de que un café tenga la calificación de orgánico, ya sea certificado o no, no tiene nada que ver con otros aspectos de la calidad en un café, es decir, sus atributos de sabor, origen o cuidados; incluso los valores de una marca de café no son determinados por el hecho de que sea orgánico o certificado, aunque esto último nos acerque un poco más a procesos que normalmente aseguran que lo son.